OBRAS
PARALIZADAS EN CIUDAD BOLÍVAR
SON
MUESTRAS DE LA DESIDIA Y EL DESPILFARRO
Los cambios de gobierno como resultado de los procesos electorales,
incluso, los cambios producidos en las estructuras internas partidistas, inciden generalmente en forma negativa en la continuidad
administrativa.
Hay Gobernantes negados a continuar los proyectos iniciados
por sus antecesores, porque piensan, tal vez, que la obra en proceso de
ejecución llevará siempre el sello de quien la inició y no de quien tenga la responsabilidad administrativa y probidad patriótica de proseguirla hasta ponerla al en servicio de la comunidad. Lógicamente ello comporta una posición egoísta,
subdesarrollada y mezquina.
En el caso del Estado Bolívar,
el gobernador designado, con escasas excepciones,
sólo piensa en disponer del presupuesto para su propio programa sin importarle descontinuar las obras en marcha. Ello
explicaría el por qué existen en esta ciudad y otros lugares del estado obras
inconclusas o terminadas que no prestan
servicio.
Así, dentro del propio período presidencial de Carlos Andrés Pérez, las
obras públicas del Gobernador Domingo Álvarez Rodríguez, quien estuvo 22 meses al frente del Ejecutivo, no fueron
continuadas por ninguno de los gobernadores
que le sucedieron. Allí están esas obras, tristes, desoladas,
abandonadas, aguardando como Lázaro una voz que le diga "levántate y
anda".
Y son obras importantes, necesarias, en las cuales
hay muchos millones invertidos y en las que
en estos momentos habría que erogar veinte y hasta más de su valor original para
terminarlas. Tales son: “Parque El
Porvenir-, iniciado en 1975 a un costo de 9 millones de
bolívares y que procuraba el saneamiento de una laguna que secularmente había
sido una calamidad sanitaria para la ciudad y convertirla en un área de recreación con espejo de agua donde los niños
pudieran gondolear y otros servicios gratos para una ciudad que ha crecido a su
alrededor.
El Ejecutivo Regional adquirió 28 hectáreas que es
la superficie de la Laguna El Porvenir,
expropió casas adyacentes que se inundaban durante la estación
lluviosa, construyó rellenos, drenajes y un 30 por ciento de las obras del proyecto.
Pero vino el cambio y las obras quedaron
hasta dónde pudo llegar el Gobernador. Los que vinieron detrás ninguna
preocupación mostraron para terminarlas y
si algunas obras del complejo total terminaron le dieron un destino distinto.
Otra obra que desde 1975 se quedó con las bases
hechas a un costo de 3 millones de bolívares
es la Biblioteca Pública "Rómulo Gallegos" que actualmente
funciona en la antigua casa de Ramón Isidro
Montes.
Asimismo dejaron inconclusa la defensa del Orinoco por el lado oriental de la ciudad que permitió la
prolongación del Paseo desde la Aduana hasta la Urbanización "Los Coquitos". Esta obra fue
presupuestada en 19 millones de bolívares.
Gracias a esta obra el Orinoco no
se metió en la ciudad durante la crecida del 76 que ha sido una de las más
terribles.
De ese entonces data igualmente la interrupción de la consolidación de la carretera Tumeremo-El
Bochinche que permitiría a Guayana una salida al mar.
Las obras iniciadas por el gobernador Alberto Palazzi, no fueron
continuadas por su sucesor alegando éste que eran obras descomunales que comprometían el presupuesto. Así quedó paralizado desde entonces el Centro de las Artes en el que se
invirtieron unos 70 millones de bolívares
y, tanto las obras del Boulevard Bolívar como las del cuadrilátero
histórico fueron modificadas y redimensionadas buscando abaratar los costos, pero los resultados a juicio de los
entendidos culminaron en una "mamarrachada"
de la cual la ciudad no se recupera. La Comisión Técnica hispano-venezolana que
realizó el estudio de protección y revitalización integral del casco histórico, dice en
un informe que hay que intervenir nuevamente para tratar de devolverle su
antigua dignidad e identidad a la calle Bolívar y al, cuadrilátero.
Otras obras de Palazzi terminadas que jamás entraron en servicio, tal vez por
desacertadas, son las famosas Pasarelas
aéreas, en total doce que costaron
más de tres millones para darle seguridad al peatón en las vías
neurálgicas de la ciudad.
En el período del
gobernador Edgar Vallée Vallée fue construído un
estacionamiento en sector limitante de la calle "El Porvenir", con capacidad para 200 vehículos para descongestionar el Paseo Orinoco y la Calle Venezuela, donde el
tránsito automotor se complica por el
atiborramiento de autos estacionados en vías tan estrechas.
De la gestión de Andrés Velásquez quedaron interrumpidos la onstrucción del Teatro moderno del arquitecto Oscar Tenreiro adosado al Capitolio, el proyecto Fruto Vivas para ampliar la Escuela de música, la Casa Pupio y la Casa Otero para una Escuela de Arte y la Prefectura en la calle El Progreso,