Blog destinado a denunciar y divulgar las materias que tengan que ver con la conservación, preservación y revitalización del Casco o Centro Urbano de la antigua Angostura del Orinoco, hoy Ciudad Bolívar, declarado en 1976 Monumento Público Nacional,
jueves, 29 de agosto de 2013
domingo, 28 de abril de 2013
Piqueta de la revolución continua demoliendo el Casco Histórico de Ciudad Bolívar
La ahora llamada “piqueta de la
revolución” continúa demoliendo los antiguos inmuebles del Casco Histórico de
Ciudad Bolívar. No satisfechos quienes
tienen el poder con la invasión de los buhoneros desempleados y las
intervenciones temerarias, han venido progresivamente demoliendo a golpe de
barra y mandarria lo que queda de la memoria arquitectónica de la primitiva
Angostura del Orinoco. Muy pronto Ciudad
Bolívar dejará de ser la “Ciudad Histórica, Turística y Cultural” que en 1972
proclamó la Junta Conservadora y Protectora la del Patrimonio Histórico y
Artístico de la Nación. Últimamente fue la
demolición de la Plaza Farreras y progresivamente los inmuebles de su
entorno. El último inmueble de estilo
neoclásico que restaba, la Casa de El Sordo, como vemos en la fotografía, fue derribada ante la presencia atónita de viandante y parroquianos vecinos.
miércoles, 6 de febrero de 2013
CIUDAD BOLIVAR: UNA CIUDAD PARA LA REFLEXIÓN / Francisco Delacio Chitty
Texto y fotos:
Francisco
DelascioChitty
Ambiente
aletargador,¡30ºC – 38ºC! bajo sombra, una temperatura media anual de 27º y 31º
C. Encegadora luz, viento cargado de miasmas, vías llenas de huecos,
zanjas y capas de rodamiento cual surcos de campo de cultivo. Drenajes o
bocas de visita sin tapas. Paredes manchadas, pintarajeadas con
diferentes jeroglíficos partidistas. Obras inconclusas, cúmulo de basura
por dondequier, calles que sienten la ausencia de las caricias de las escobas.
Mendigos enclencles; indígenas autóctonos pedigueños y vendedores de
plantas (orquídeas), animales (loros, aves coloridas, monos); rapazuelos
mocosos con alcancías de potes leches o de latas de refrescos, son
“vigilados” por ojos calculadores de vetustas mujeres ataviadas con telas
multicolores. Gente hurgando en la basura, compiten con las moscas,
ratas y otras alimañas.
Ciudad Bolívar
según la historia oral y escrita, ha sido la cuna de ilustres hombres, en ella
se fraguaron acciones esenciales que trascendieron mas allá de sus límites,
para la bienaventuranza de muchos pueblos. Antagónicamente, la ciudad
fue saqueada, quemada, cañonada, apredada por los Caribes, ingleses,
irlandeses, holandeses, revolucionarios, caudillos, profesionales que mantenían
insurrección con vacas, caballos y mulas sustraídos a los ganaderos.
Ciudad Bolívar, la otra Angostura por los años de 1831 se vio dividida en dos
bandos, denominados “Filántropos” con Juan Bautista Dalla Costa y
“Antropófagos” con el General Tomás de Heres. Hoy ¿cuantos grupos
existen?.
También la ciudad
sufrió entre el 17 y 21 de julio de 1902 un aterrador bombardeo (el último
hecho de guerra de la “Revolución Libertadora") que dejó mas de 1.500
bajas, efectuado desde los vapores “Restaurador”, “Bolívar”, “Zamora” y la
cañonera “Miranda”; dirigido por el general tirano y dictador Juan Vicente
Gómez, quien se apoderó de la presidencia de Venezuela por veintisiete años.
Actualmente, ¿cuántas víctimas inocentes caen a diario en todos los
rincones de la ciudad?
Ciudad Bolívar es
un lugar donde se siente un aire de tropical indolencia, humedad de río y
rusticidad material y mental en ciertos individuos que hacen “vida” en ella.
Es una ciudad, con un lastre hereditario de mezquindad, ira y
dolor de muchas diásporas que llegaron a ella, al no poder realizar sus
ilusiones en la entonces incipiente Ciudad Guayana. Gente
desaliñada, triste, ociosa y de sospechosas miradas, se conjugan con impúdicos
funcionarios de gobierno, con exóticos y autóctonos buhoneros que obligan al
transeúnte a respirar los efluvios de anafres, cocinas sartenes, pailas y
afines cargadas de vetusta grasa o manteca, que además de saturar, ya de por sí
la atmósfera opresiva de repugnantes olores, pone en riesgo la integridad
física y la libre circulación de connaturales y forasteros.
Paradójicamente, esas áreas de franca exposición se localizan en las
adyacencias de los centros hospitalarios de la ciudad, tribunales, oficinas de
seguridad ciudadana, entre otras. Igualmente el individuo de a pie o el
conductor responsable, padece el acoso de motorizados civiles o no, que con mas
de tres personas (incluso niños y ancianos) en sus máquinas, como también lo
hacen los choferes de perreras, camionetas y otros transportes que emplean las
aceras para agilizar egoístamente su circulación.
Ciudad Bolívar, es
un lugar selvático, no por su sobreviviente flora y fauna urbana, ni por su río
con afluentes increcientes de aguas servidas, sino por la salvaje, cruel y
brutal batalla que casi a diario libran muchos hombres y mujeres para poder
cubrir un mínimo de sus necesidades vitales. Irónicamente donde el
Orinoco es fachada, muchos de nosotros sufrimos de un débil suministro de agua;
y el poder hidroeléctrico del mismo se opaca por el candil de las velas,
lámparas de kerosene o gas y linternas, que buscan iluminar no solo las
viviendas sino calles y avenidas, por ejemplo la San Francisco de Asís, así como
muchas otras que ya comienza a hundirse por botes de agua, y aun cuando
los habitantes de la ciudad paguen todos los servicios, carecen de luz y
de un suministro de agua satisfactorio. Solo quienes forman parte
de la comparsa de la “danza de los millones” tienen acceso continuo de luz,
agua y seguridad. Incidentes patéticos y grotescos se evidencian a
diario cuando los estranguladores, serviles y cobardes de oficio embaucan
frecuentemente al “bolivarense”, para seguir así, ellos en sus opulentas mesas.
La madre
naturaleza presuntamente se porta inclemente, los candentes rayos solares
calcinan, fracturan, resquebrajan la piel de hombres, mujeres, ancianos y niños
que con dificultad buscan acobijarse bajo el dosel de los estoicos árboles de
la ciudad; los cuales tristemente hoy, poco a poco y gracias al mandato de
cultos analfabetos y de sus hordas con serrucho, hacha, machete y sierra en
mano desahogan supuestamente sus anhelos, cóleras y deficiencias a costa de la
extinción o merma del techo vegetal de la ciudad. Aquí, también
continua una cínica histriónica y malbaratada acción propagandista que
únicamente satisface el ego de sus protagonistas; pero que no solventa por
ejemplo la “usura” de los dueños de los abastos, supermercados, vendedores
informales, líneas aéreas y de otros establecimientos comerciales, quienes
marcan los precios de cualquier producto y/o servicios a sus antojos.
Por otra parte, tanto pobladores de la ciudad como las instituciones
responsables, aumentan y favorecen la acción erosiva natural del agua de lluvia
que compitiendo con las descargas no controladas de aguas servidas, fugas de
aguas blancas, mas la deposición de basura doméstica, comercial e incluso
hospitalaria en cualquier lugar público, terrenos baldíos, orillas, morichales
y cursos de agua, activa con mas fuerza el proceso de cárcavas de la ciudad.
Quizás a manera de corolario, pudiera decirse que en Ciudad Bolívar se
conjuga la indolencia, la insensibilidad y una indiferencia social. Esta
última proviene del trato de la sociedad y del comercio. La
persona engañada por los amigos muestra indiferencia con la amistad. Si
es engañado o ilusionado por los partidos políticos es apático con la política.
Cuando acude a comprar cualquier producto, frente al fraude de
precios en ofertas, siente indignación. Y se va convirtiendo en un
extraño, ya que es ofendido y excluido; por tanto busca refugio en su casa u
hogar, pero allí también suele sentirse embaucado, enfadado y lo embarga un
sentimiento de miedo por la auréola de violencia e impunidad que circunda no
sólo su vivienda, sino a todas las calles, veredas y avenidas por donde
transita. Mientras, los ilusionistas mesiánicos siguen abonando la
indolencia para que fructifique en medio de tantas calamidades un profundo
hastío, que en algunos casos aturde de tal manera a ciertas personas, que éstas
incluso buscan separarse de hasta de su propia sombra. Y así, embotados
por tantos mensajes o consignas, que no logra digerir, cae en la indolencia,
pues se siente tan dolido por las desaventuras, mentiras, promesas y por otros
dolores que trastornan a diario su vida que pueden llevarlo a perder la
facultad de sentir o de ver la realidad. Y así como el ebrio
pierde la capacidad de embriagarse, emborracharse; el indolente puede llegar a
la estolidez, patología esta que lo hace manipulable casi en un cien por
ciento. Si bien es cierto, y en honor a la verdad, la ciudad ha sido
maquillada en ciertas áreas; eso no es suficiente ni es ningún favor o
dádiva, ello es una obligación natural con todo el colectivo de la ciudad, y no
actos festivos y propagandistas de los ejecutores.
Dios quiera y la
Virgen de la Nieves, que todos los habitantes de la ciudad nos respetemos, que
exijamos con base, con inteligencia y sin rabia ni violencia, todos nuestros
derechos ciudadanos, para así convivir en armonía y
disfrutar de las bondades de la ciudad. Y, que nuestros gobernantes
(estadal y municipal) tengan la gallardía y voluntad política para llegar a un
consenso para rescatar a Ciudad Bolívar del légano en que se encuentra.
martes, 29 de enero de 2013
Lista de agravios contra en Cento Histórico de Ciudad Bolívar
Desatinos
en el Centro Urbano de la ciudad
El Concejo Municipal y la Alcaldía tienen que actuar sin contemplaciones y con mano fuerte para frenar el deterioro del Centro Histórico de Ciudad Bolívar. El que exista una Ley Nacional del Patrimonio Cultural no excusa que se aplique rigurosamente la Ordenanza de 1987, pues ella no colide sino que coadyuva a la Ley Nacional. No es posible que el centro urbano cuya conservación marca la hora de la independencia de Venezuela se continúe deteriorando.
Existe toda una lista de agravios y desatinos. En el 2000, millones de bolívares otorgados por el Fides para revitalizar el Casco Histórico de la ciudad fueron utilizados alegremente para pintar las fachadas de las casas al capricho de algún arquitecto que añoraba el Saladillo de Maracaibo, mientras muchos de esos inmuebles se hallaban y se hallan por dentro en estado de ruinas, tratando de engañar así a los asistentes de otros países al llamado Congreso Cultural del Orinoco. Pintura industrial de acabado chocante que no tiene que ver con la memoria histórica y que de ninguna forma soporta el material primitivo de piedra y mezcla mulata con que fueron construidos esos inmuebles. Ahora en el 2013 se repite lo mismo.
La Oficina de Patrimonio, dependiente del ejecutivo, viene otorgando permisos o tolerando a los comerciantes que progresivamente derriban o queman las casas antiguas del Casco Histórico para construir zapaterías, y tiendas de mercancía seca. Ejemplo: la casa de El Sordo, casas de la cuadra Blohm, Casa de Italia, Casa del Royal Bank, casa del Politécnico Bolívar.
Cada día son numerosas las casas con la cola de los aparatos de aire acondicionado saliendo por muros y ventanas inundando las calles, lo mismo que inmuebles intervenidos con rejas de hierro y puertas Santamaría.
La Ordenanza de Protección del Casco Histórico prohíbe vallas, pancartas y afiches dentro del perímetro, pero cada día son más y peores las que se ven sin autoridad que le ponga freno.
El teatro moderno del arquitecto Oscar Tenreiro, adosado a un inmueble histórico del siglo diecinueve, empezó mal y por inconcluso se ha vuelto un escombro. Mucho más útil y barato habría sido continuar el Centro de las Artes iniciado en 1980 por la gestión de Alberto Palazzi en los predios del Jardín Botánico.
El proyecto del arquitecto Natalio Ávila de construir un Boulevard a lo largo de la calle Bolívar para unir el Casco Histórico con la ciudad moderna, resultó un descomunal adefesio con todos los defectos que ya conocemos
La Plaza Farreras, que data de principios del siglo XX, transformada en un vulgar estacionamiento que sirve a la vez para lavar y pulir carros, además de la contaminación buhonera.
El Parque doña Menca y Raúl Leoni del Jardín Botánico, fue convertido en un vivero y cultivo de peces alimentado con el agua potable de los habitantes del Casco Histórico de la ciudad, por cuya causa sufren racionamiento del servicio de agua.
El estacionamiento construido durante la gestión del gobernador Edgar Vallée Vallée al sur de la calle El Porvenir para evitar que los comerciantes continuaran utilizando la Plaza Farreras como parqueadero, ha sido utilizado para otros fines, desvirtuado del esquema original propuesto por su fundador el doctor Leandro Aristeguieta.
Las riberas del Orinoco las han convertido buhoneros y comerciantes en una costanera receptoría de basuras, vasos y potes de cerveza aparte de la contaminación de las cloacas que desembocan en ella.
La tala feroz desatada contra las Ceibas, árbol por naturaleza emblemático de la ciudad, sin detenerse a pensar que existe un acuerdo del Ayuntamiento que declara patrimonio municipal los árboles de Ciudad Bolívar.
Otros agravios contra centro histórico de Ciudad Bolívar son éstos que enumero empezando con esta 4x4 rodando por la escalinata de estilo romano que enlaza la calle Carabobo o antigua calle La Pica.
Asimismo la Plaza Bolívar ha sido objeto de intervenciones temerarias de gobernantes de turno. El pavimento se lo han cambiado tres veces. Primero tenía mollejones verdes. Luego los suplantaron por mosaico. Durante la gestión de Rafael Sanoja Vallares, prefirieron el granito pulido y durante la gestión de Alcides Sánchez Negrón el granito lo sustituyeron por un artificio de bomanite liso y bomacrón tratando de sugerir la realidad del pasado, pero que ha resultado con el tiempo un pavimento poroso y sucio indigno de una plaza monumental como la que nos dejaron los gobernantes del siglo diecinueve.
Se pretende que la Unesco declare al Casco Histórico Patrimonio Cultural de la Humanidad (Ahora no se habla de casco o centro histórico sino de paisaje incluyendo el Orinoco y la ribera sur de Soledad), pero poco se hace en obras de revitalización. Más es lo que se invierte en publicidad en medios impresos y radioeléctricos, libros, afiches, pancartas y congresos. Nada o escasamente se hace por revitalizar el centro urbano con obras ambientales, reconstrucción y restauración de las casas en ruinas, por una buena disposición y rigurosa recolección de la basura, arreglo de las calles con cemento y no con asfalto como se hizo en calle La Concordia, mejor distribución de postes y cableados.
La manía ignorante de pintar las estatuas y piedras monumentales. Así la estatua del Libertador en la Logia Asilo de la Paz la pintaron de verde y lo mismo hicieron con la estatua de Sucre en le Plaza de Los Báez. En una piedra monumental que bordea la avenida 5 de Julio instalaron una Cruz de Malta y algunas piedras del zanjón la pintaron de blanco, lo mismo que Petroglifos del Río Candelaria.
A esta ciudad que frente a Ciudad Guayana se le ha trazado el rol de Ciudad Cultural, Histórica y Turística, se le da la espalda cuando de parques y museos se trata. Así el Parque El Zanjón diseñado como Parque de Aventuras quedó inconcluso desde que el gobierno de España retiró su cooperación por pretender los gobiernos desde 1990 en adelante querer introducir la arquitectura moderna de alto contraste en el casco histórico. Al Museo de Ciudad Bolívar y al Museo Histórico de Guayana se le ha dado la espalda, lo mismo que al Museo Etnográfico de Guayana y al proyectado Museo de Ciencias.
A la Piedra del Medio que por monumento natural la despojaron de la torre del antiguo telégrafo, ahora el Comando Naval le colocó un faro para guiar las embarcaciones que durante más de cien años jamás lo necesitaron. El radar de los navegantes del pasado como que era más eficaz que los de la moderna tecnología cibernética. Muy bien el faro, pero lo que molesta la forma o disposición antiestética y antinatural.
Las lagunas de Los Francos y del Medio devorada por la bora porque hasta ahora no ha habido presupuesto para construirle las compuertas que la comunican con el río.
Ciudad Guayana y Guri ostenta esculturas eólicas de Alejandro Otero, quien dejó todo un proyecto para un faro antorcha al final del Paseo Orinoco. La maqueta está en el Museo Soto aguardando que algún gobernante la haga realidad.
La Casa Agosto Méndez, frente al Palacio Legislativo no ha podido ser restaurada a pesar del ofrecimiento del gobierno, en cambio hay presupuesto para obras de menor interés para la actividad cultural.
lunes, 21 de enero de 2013
La Santamaría impuesta en el Casco Histórico
La política de
conservación y preservación de los viejos inmuebles ha fracasado porque cada día son numerosas
las casas con la cola de los aparatos de aire acondicionado saliendo por muros
y ventanas así como las rejas de hierro y puertas Santamaría que ha venido a sustituir a las altas puertas de madera.
Artículo 71º de la Ordenanza sobre el Centro Histórico de Ciudad Bolívar:
"Dentro del perímetro del Centro Histórico no se autorizará la colocación de ninguna instalación que sobresalga que sobresalga del borde superior de la fechada o sobrevolado sobre el alineamiento de las mismas, tales como: aparatos de aire acondicionado, tanques de gas, tubos de chimeneas, antenas, transformadores, cajas de registro y otros elementos que interfieran en la homogeneidad arquitectónica.
"Dentro del perímetro del Centro Histórico no se autorizará la colocación de ninguna instalación que sobresalga que sobresalga del borde superior de la fechada o sobrevolado sobre el alineamiento de las mismas, tales como: aparatos de aire acondicionado, tanques de gas, tubos de chimeneas, antenas, transformadores, cajas de registro y otros elementos que interfieran en la homogeneidad arquitectónica.
domingo, 20 de enero de 2013
Entre ruinas se pierde la historia de la Casa Lila
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miércoles, 16 de enero de 2013
Demolición y quema de inmuebles del Casco Históricoo
Durante los últimos años ha sido más que evidente la demolición y malas intervenciones de inmuebles en el Casco Histórico de Ciudad Bolívar. Este crimen ocurre virtual e inexplicablemente con la anuencia y permiso del Instituto del Patrimonio Cultural creado conforme a mandato de la Constitución vigente que establece en su artículo 99 la obligación del Estado de garantizar la protección, preservación, enriquecimiento, conservación y restauración del patrimonio cultural de la República.
Una modalidad criminal previa para más o menos justificar la demolición es la quema del edificio, quema intencional, pero muy bien disimulada para que parezca accidental. Varios inmuebles de la Galería del Paseo Orinoco y de la calle Venezuela han sido objeto de lo que denunciamos. Ejemplos en el Paseo Orinoco; la Casa Italia, la Casa Salicetti, la Casa del Banco Royal, la casa de la Politécnica Bolívar, una de las casas Blohm y en la Calle Venezuela, la Casa Mercantil Dalla Costa, la caa de las palomeras, la Casa de El Luchador.
martes, 15 de enero de 2013
Imitando el Saladillo de Maracaibo
Millones de
bolívares otorgados por el Fides para revitalizar el Casco
Histórico de la ciudad fueron utilizados para pintar las fachadas de las casas
al capricho de una arquitecto oriunda de Maracaibo que las pintó del mismo color que ostenta las casas de El Saladillo, mientras muchos de esos inmuebles
se hallan por dentro en estado de ruinas, tratando de engañar así a quienes asistieron de otros países al llamado
Congreso Cultural del Orinoco. Colores
químicos que nada tienen que ver con la memoria histórica y que de ninguna
forma soporta el material primitivo de piedra y barro con que fueron
construidos esos inmuebles.
sábado, 12 de enero de 2013
La demolición de la Plaza Farreras
La Plaza
Farreras ayer
La Plaza Farreras hoy
La Plaza Farreras, monumento homenaje al bolivarense prócer de la Independencia, de origen esclavo, Ascensión Farreras, fue decretada por el Presidente del Estado, General Francisco Linares Alcántara, el 30 de septiembre de 1908, para ser construida en un ángulo de la calle Piar con Bolívar. Pero no pudo llevar a cabo su decreto por haberlo llamado Juan Vicente Gómez para colocarlo en el Ministerio de Relaciones Interiores.
Tocó al sucesor, General Arístides Tellería terminar de ejecutar la obra de acuerdo con el plano propuesto por el ingeniero Abraham Tirado, para lo cual destinó 4.033,75 bolívares.
Fue ejecutada con cemento romano en sus aceras, piso de ladrillos y en el centro una fuente de agua, pero como el lugar era anegadizo hubo que rellenarlo y explanarlo con 3 mil carros de tierra, levantada medio metro sobre el nivel de la calle. Fue inaugurada el 5 de julio de 1911, dentro del programa conmemorativo de los cien años de la Independencia. Pero por nada el pueblo la llamaba Plaza Farreras sino Plaza del Abanico por la forma que tenía.
La descomunal crecida del Orinoco en agosto del 43 la afectó seriamente y desde entonces puede decirse que comenzó su desgracia, agravada cuando el Gobernador Pablo Gamboa Rivero decidió pasarle tractor para despejar el sitio y convertirlo en lo que es hoy, un estacionamiento, lavadero de automóviles y playa de buhoneros.
Frente a la Plaza Farreras, el Presidente del Estado, Marcelino Torres García, dispuso la creación de un Parque en homenaje al prócer Santiago Mariño, desaparecido también, al menos de nombre, para darle paso más tarde al moderno Parque Raúl y Menca Leoni, llamado también “Parque de los enamorados” porque allí, tendidas sobre el césped suelen a cualquier hora retozar las parejas
viernes, 11 de enero de 2013
El bulevar Bolívar de Ciudad Bolívar un adefecio
Antigua Calle Bolívar convertida en Bulevar
El proyecto del
arquitecto Natalio Ávila de construir un Boulevard a lo largo de la calle
Bolívar para unir el Casco Histórico con la ciudad moderna resultó un
descomunal adefesio con todos los defectos que a lo largo de una polémica pública durante los gobiernos de Alberto Palazzi y Alcides Sández Negrón fueron enumerados. Al arquitecto Natalio Ávila, luego de muchos años lejos o distanciado de la ciudad de él y sus ascendientes, retornó para venderle al Gobierno Regional ese proyecto, toda una torta urbana, y lo más grave, autorizado por la Junta Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación que entonces presidía en Caracas el doctor Rafael Rojas. Lo sancionó no obstante la protesta bien fundamentada de la Asociación de Vecinos del Casco Histórico que presidía la antropólogo María Eugenia Villalón que del tiro renunció y se fue a vivir a Caracas.
jueves, 10 de enero de 2013
La casa de los Machado
Los Machado son familias que datan desde los tiempos de la Independencia. El tronco mayor dispersó sus ramas por toda Venezuela, notablemente en el Casco Histórico y se instalaron en inmuebles cómodos, pero luego abandonados a medida que iban extendiendo y desapareciendo las familia. Cuando en 1988 se inició el programa para revitalizar el casco histórico, el Gobierno de Andrés Veláquez comenzó a compra y restaurar inmuebles abandonados para darles una utilidad pública o familiar. Entre esos inmuebles está éste de los Machado cuya reconstrucción el Gobierno inició con mucho vigor, pero después vino los cambios por efecto electoral y ningún Gobernador hasta ahora, por lo que vemos, ha estado dispuesto a continuar los proyectos del anterior, aunque la ciudad y el país sean los perjudicados. Así ha pasado con el Teatro y con otras obras que iremos sacando a la luz aunque sea por este medio porque los impresos y radioeléctricos locales no lo hacen o lo hacen tímidamente por temor a la represalia oficial a través de la pauta publicitaria y otros recursos.
miércoles, 9 de enero de 2013
El malogrado Teatro para Ciudad Bolívar
Aunque el teatro hace tiempo que se salió de sus tradicionales confines y ahora las obras pueden escenificarse en calle abierta o en cualquier lugar donde la comunicación entre el actor y el espectador sea lo más horizontal posible, Ciudad Bolívar sigue añorando su Teatro Bolívar que perdió un día de los años 20.
El Teatro Bolívar, resquebrajado por la escasa consistencia del material con el cual fue construido, tuvo que ser demolido, pero bajo la promesa oficial de uno nuevo en el mismo lugar que más tarde cubriría el Gobernador Mario Briceño Iragorri con el desaparecido Auditorio Simón Rodrí
guez, transformado finalmente en Palacio Legislativo.
Como se ve, la promesa de un nuevo Teatro quedó en suspenso hasta que el Gobernador Alberto Palazzi decidió incluirlo en un complejo cultural o Palacio de las Artes en el que invirtió 50 0 70-millones de bolívares, pero que no pudo concluir por haber sido reemplazado en 1982 por Alcides Sánchez Negrón. Luego a este le siguieron como gobernantes, Paúl Von Buren, Edgar Vallée Vallée, Luis Felipe Goubat, Omar González Moreno, Andrés Velásquez, Jorge Carvajal, Rojas Suárez y Francisco Rangel Gómez, ya por tres períodos. A ninguno de ellos les ha importado ni les importa el Complejo Cultural cuyos bases y columnas asedian la desidia y la intemperie como bien se ve en la gráfica.
En vez de concluirlo, el Gobierno de Velásquez prefirió invertir 120 millones de bolívares para convertir el antiguo Capitolio en un complejo cultural similar, no obstante todas las limitantes que en su oportunidad fueron objeto de una agria y acalorada discusión.
El problema que vemos es que con esos 120 millones de bolívares (de los de antes igual a unos 50 mil dólares) destinados entre España y el Gobierno Regional para el' Capitolio, se hubiera terminado el Palacio de las Artes en el Paseo 5 de. Julio que incluía un Teatro para 1.000 butacas. Escuelas de Artes Escénicas, Escuela de Artes Plásticas, Escuela de Música, Galería de Arte, Cine Club, Cafetín y Sede de la Dirección de Cultura. Sin embargo, privó otro criterio administrativo que sin duda ha resultado altamente costoso, con el agravante de tener que ver cada vez que se pasa por allí, una obra moderna de alto contraste, aparatosa e inconclusa, anexa al Capitolio, que altera el entorno o contexto urbano tradicional de la Plaza Miranda.
El Teatro Bolívar, primero que tuvo ciudad Bolívar y que se mantuvo en pie desde 1883 hasta 1936 que fue demolido para construir uno moderno que todavía no ha podido ser realidad.
El Auditorio Simón Rodríguez, transformado después en Palacio Legislativo, fue levantado sobre la demolición del antiguo Teatro Bolívar.
El moderno Teatro diseñado por el arquitecto Óscar Tenreiro, adosado al antiguo Capitolio quedó inconcluso y con un proyecto de re-dimensión igualmente inconcluso. Todo un disparate que consuma la mala fortuna de la ciudad que lleva el nombre de Bolívar-.
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