Aunque el teatro hace tiempo que se salió de sus tradicionales confines y ahora las obras pueden escenificarse en calle abierta o en cualquier lugar donde la comunicación entre el actor y el espectador sea lo más horizontal posible, Ciudad Bolívar sigue añorando su Teatro Bolívar que perdió un día de los años 20.
El Teatro Bolívar, resquebrajado por la escasa consistencia del material con el cual fue construido, tuvo que ser demolido, pero bajo la promesa oficial de uno nuevo en el mismo lugar que más tarde cubriría el Gobernador Mario Briceño Iragorri con el desaparecido Auditorio Simón Rodrí
guez, transformado finalmente en Palacio Legislativo.
Como se ve, la promesa de un nuevo Teatro quedó en suspenso hasta que el Gobernador Alberto Palazzi decidió incluirlo en un complejo cultural o Palacio de las Artes en el que invirtió 50 0 70-millones de bolívares, pero que no pudo concluir por haber sido reemplazado en 1982 por Alcides Sánchez Negrón. Luego a este le siguieron como gobernantes, Paúl Von Buren, Edgar Vallée Vallée, Luis Felipe Goubat, Omar González Moreno, Andrés Velásquez, Jorge Carvajal, Rojas Suárez y Francisco Rangel Gómez, ya por tres períodos. A ninguno de ellos les ha importado ni les importa el Complejo Cultural cuyos bases y columnas asedian la desidia y la intemperie como bien se ve en la gráfica.
En vez de concluirlo, el Gobierno de Velásquez prefirió invertir 120 millones de bolívares para convertir el antiguo Capitolio en un complejo cultural similar, no obstante todas las limitantes que en su oportunidad fueron objeto de una agria y acalorada discusión.
El problema que vemos es que con esos 120 millones de bolívares (de los de antes igual a unos 50 mil dólares) destinados entre España y el Gobierno Regional para el' Capitolio, se hubiera terminado el Palacio de las Artes en el Paseo 5 de. Julio que incluía un Teatro para 1.000 butacas. Escuelas de Artes Escénicas, Escuela de Artes Plásticas, Escuela de Música, Galería de Arte, Cine Club, Cafetín y Sede de la Dirección de Cultura. Sin embargo, privó otro criterio administrativo que sin duda ha resultado altamente costoso, con el agravante de tener que ver cada vez que se pasa por allí, una obra moderna de alto contraste, aparatosa e inconclusa, anexa al Capitolio, que altera el entorno o contexto urbano tradicional de la Plaza Miranda.
El Teatro Bolívar, primero que tuvo ciudad Bolívar y que se mantuvo en pie desde 1883 hasta 1936 que fue demolido para construir uno moderno que todavía no ha podido ser realidad.
El Auditorio Simón Rodríguez, transformado después en Palacio Legislativo, fue levantado sobre la demolición del antiguo Teatro Bolívar.
El moderno Teatro diseñado por el arquitecto Óscar Tenreiro, adosado al antiguo Capitolio quedó inconcluso y con un proyecto de re-dimensión igualmente inconcluso. Todo un disparate que consuma la mala fortuna de la ciudad que lleva el nombre de Bolívar-.
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