Millones de
bolívares otorgados por el Fides para revitalizar el Casco
Histórico de la ciudad fueron utilizados para pintar las fachadas de las casas
al capricho de una arquitecto oriunda de Maracaibo que las pintó del mismo color que ostenta las casas de El Saladillo, mientras muchos de esos inmuebles
se hallan por dentro en estado de ruinas, tratando de engañar así a quienes asistieron de otros países al llamado
Congreso Cultural del Orinoco. Colores
químicos que nada tienen que ver con la memoria histórica y que de ninguna
forma soporta el material primitivo de piedra y barro con que fueron
construidos esos inmuebles.
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